jueves, mayo 12

Velero Tin Tin, tiempo de revisiones en Nueva Zelanda


11º.- MAS REVISIONES EN NUEVA ZELANDA

Fue el pasado día 10 de Marzo cuando volvimos a Nueva Zelanda después de 3 meses de estancia en España. Y desde esa fecha afrontamos una serie de trabajos en el Tin Tin que hemos denominado “Revisión fin de temporada” y sobre los cuales os hemos ido reportando parcialmente. De todas las tareas que debíamos asumir, la mas importante era cambiar toda la jarcia fija ya que, como recordaréis, en la travesía entre la isla de Bora-Bora (Polinesia Francesa) y el Reino de Tonga, rompió un hilo del obenque bajo trasero de babor, lo cual indicaba que la jarcia acusaba demasiada fatiga.



Y el día 6 de Abril dejamos la marina RIVERSIDE y nos fuimos para un varadero que está situado en otra marina llamada DOCKLAND 5. Nada mas llegar nos esperaba una grúa que posibilitaría el desarbolado del barco y acto seguido un travelling sacaría al Tin Tin del agua.









Y así, durante un mes, acometimos personalmente los trabajos de acondicionamiento de la obra viva: lijado, imprimación, antifouling (antiincrustante)... mientras que la empresa encargada del rigging (jarcia) procedía a la sustitución de los 130 metros de cables de acero (de 12 milímetros) que compone la jarcia del Tin Tin dividida en 11 sectores. Nada mas empezar, aparecieron los primeros problemas. La rosca de los terminales que van a la cubierta, son del tipo “europeo” y por lo tanto roscan en el sentido contrario a los que se instalan en el resto del Mundo. Ante ésta contrariedad, no quedó mas remedio que mandar hacer a un tornero los terminales adecuados.







Mientras tanto nosotros nos afanábamos en darle a la obra viva un vigoroso lijado con agua con el fin de eliminar las anteriores capas de antifouling... nuestros brazos llegaron a encontrarse inmersos en un estado entre el dolor y la ingravidez. Acto seguido tratamos convenientemente la obra muerta, para lo cual limpiamos en profundidad el casco con ácido fosfórico y posteriormente lo pulimos. De esa manera, al quedar una superficie perfectamente lisa y brillante, se dificulta que las pigmentaciones que arroyan con el agua de la cubierta no manchen el casco dándole un aspecto poco estético. Por otra parte, en el área cercana a la línea de flotación, también se llegan a adherir micro algas que como consecuencia de las salpicaduras y sobrada oxigenación, se adhieren al casco.









Y por fin, una vez acabada la obra muerta, comenzamos a pintar la obra viva para lo cual en un primer momento dimos 2 capas de imprimación. A continuación comenzamos con el antifouling del cual dimos 4 capas. En total aplicamos 15 litros de imprimación y 30 litros de antiincrustante. Por otro lado aprovechamos para pintar la hélice y el barrón con un producto de Nueva Zelanda llamado “Propspeed” el cual es carísimo fuera de éste país, pero aquí es bastante asequible. Este producto es un antiincrustante especial para hélices y al parecer el único que funciona realmente. Hemos observado barcos que lo tienen aplicado ¡desde hace 2 años! y para mas seguridad en su calidad deciros que muchos de esos barcos ¡eran embarcaciones a motor!





Otra revisión que tuvimos que realizar fue en el motor propulsor. Encargamos a un taller especializado en Volvo, la limpieza del sistema de refrigeración de agua, el sistema de refrigeración del aceite, el sistema de escape y la bomba de refrigeración primaria. Por otro lado purgamos los tanques de almacenamiento de combustible y limpiamos los tanques de almacenamiento de agua. Aprovechando la ausencia del mástil, revisamos minuciosamente todas las velas. También revisamos en profundidad el motor fuera borda he hicimos labores de mantenimiento en el dinghy (embarcación auxiliar)








Una vez que el mástil con su jarcia nueva estuvo listo, se procedió a colocarlo y tras ésta delicada operación, trimamos adecuadamente el nuevo aparejo y conectamos (a medida que revisábamos) los diferentes motores eléctricos que compone la maniobra de apertura y cierre de las velas (motor de génova, motor en el interior del mástil que enrolla la vela mayor y motor en el interior de la botavara que “saca” la vela mayor)






Y junto a estas labores tuvimos que realizar el acoplamiento de varios cables eléctricos que atraviesan la cubierta. El mas complicado fue la alimentación de la antena del radar donde tuvimos que acoplar ¡32 cables! (16+16) extraordinariamente finos.




Multitud de pequeños trabajos, adaptaciones y revisiones, completaron este tiempo destinado a las revisiones fin de temporada. Hemos quedado muy satisfechos de los trabajos realizados lo cual nos dan mucha seguridad a la hora de afrontar la otra mitad del Mundo que nos queda por recorrer.






Durante este tiempo, la meteorología no ayudó mucho, aquí está transcurriendo el otoño muy rápidamente y tuvimos que soportar varios fuertes temporales que nos inmovilizaron textualmente en el interior del barco. Y por ellos, sufrimos varios momentos de incertidumbre a la hora de decidir cuando afrontar el pintado de las diferentes capas de imprimación y antifouling. En esta época, las temperaturas ya son bajas (para lo que estamos acostumbrados) por el día puede llegar a los 22º si hace sol y por la noche a veces baja de los 11º con un alto porcentaje de humedad.




Respecto al paisanaje de Nueva Zelanda, corroboramos nuestras primeras impresiones: son una gente magnífica. Serios, amables, puntuales y profesionales. En Nueva Zelanda todo está en orden, todo está ordenado... Nos llamó la atención de que por las calles no hubiese papeleras y aún así están limpias. Tiene su explicación, aquí la gente no deposita fuera de su casa ningún residuo originado ellos mismos. Todo se recicla... los niños que llevan fruta al colegio vuelven para sus casas con las mondas y las utilizan para hacer un composit que posteriormente usan como fertilizante natural... La inmensa mayoría de la población vive en casitas de planta baja o como máximo de una altura. En los grandes edificios de las ciudades, la mayoría son oficinas... Sin lugar a dudas la calidad de vida en Nueva Zelanda es muy elevada y mantienen otro concepto de vida muy diferente a la que estamos acostumbrados.



Bueno, y como todo llega, también se acerca el momento de zarpar. Nos iremos al agua el próximo lunes (domingo en España) día 16. Ese mismo día bajaremos por el río Whangarei las 15 millas que nos separan de la costa y apuntaremos a Opua, una localidad que se encuentra a unas 80 millas mas al Norte. Allí realizaremos los trámites de salida del país y nos iremos para la República de Fiji, la cual dista desde Opua unas 1100 millas. En otro reporter, os informaremos de la fecha exacta de nuestra partida, así como del seguimiento meteorológico que podréis realizar de la travesía.






















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