miércoles, marzo 29

La tripulación del velero Tin Tin en Laos


78.- LAOS: GUERRAS, NATURALEZA Y BUDISMO



En el periodo comprendido entre los meses de enero y marzo del próximo año 2018, tenemos previsto realizar la travesía desde Tailandia hasta el Mediterráneo con destino final Grecia (5100 millas). Para ello cruzaremos el océano Índico con una sola recalada al norte del archipiélago de las Maldivas (Uligamu) y posteriormente atravesaremos el Golfo de Adén con recalada en Djibouti antes de introducirnos en el mar Rojo y posteriormente acceder al mar Mediterráneo a través del Canal de Suez. Por ello esta temporada hemos decidido dedicarla a recorrer por tierra varios países, que aún no hemos visitado, de la península de Indochina (Camboya, Laos y Vietnam) con una breve visita al Tin Tin que se encuentra en Krabi (Tailandia) de dos semanas para realizar varias labores de mantenimiento. La siguiente imagen muestra el programa previsto de navegación para la temporada enero a marzo 2018.



Por todo ello esta temporada hemos decidido viajar por Indochina para conocer varios países entre los que se encuentran Camboya (anterior reportaje), Laos y Vietnam. Después de tirarnos un mes por tierras camboyanas, decidimos pasar a Laos, un pequeño país con una población que ronda solo los 6.000.000 de habitantes de los cuales un cuarto de la población vive en regiones montañosas y el resto a lo largo del río Mekong y sus afluentes. Más del 78% habita en aldeas rurales. Airasia fue, como en otras muchas ocasiones, la compañía aérea que elegimos para cambiar de país y aterrizar en la capital de Laos: Vientiane. 

En la siguiente imagen tenéis todo el trayecto que realizamos por este pequeño país, sólo cubrimos un sector de la parte norte como prueba representativa de una orografía magnífica pero complicada y una población extraordinariamente amable y simpática. 


Laos es naturaleza y budismo, y respecto a lo primero no hay nada mejor que utilizar una buena bicicleta para darse largos paseos por un paisaje abrupto y natural, aunque hay que elegir bien el trayecto  para no acabar con la paciencia y las piernas. La mayoría de la población vive en los valles del Río Mekong y sus afluentes, donde se puede cultivar arroz en las tierras húmedas y fértiles cercanas a los cauces. Un importante problema que tiene Laos es su pobre economía al enfrentarse a grandes  dificultades debido a las malas carreteras, la ausencia de ferrocarril y el acceso limitado a la electricidad. La falta de infraestructura viaria es una de los grandes problemas a los que se enfrenta este país para su desarrollo económico, aunque hay que reconocer que con una geografía tan tortuosa a cualquier otro le costaría asumir el enorme gasto que debería invertirse en este aspecto. Las principales ciudades tienen precarias vías de comunicación al igual que sus fronteras con los países colindantes. Como ejemplo sirve la carretera que une Laos con Vietnam por el noreste del país la cual se conoce como la “ruta de la muerte”. 



El turismo ha crecido durante los últimos años y se está trabajando en hacer realidad una fuente de ingresos económicos orientado hacia el eco-turismo sin descartar la principal atracción que incluye la cultura budista y la arquitectura colonial en Luang Prabang, población ésta declarada Patrimonio de la Humanidad. Alrededor del 65% de la superficie de Laos está cubierta por una espesa y selvática vegetación y un 20% son áreas protegidas. En su foresta abundan tigres, leopardos, búfalos y elefantes aunque esta biodiversidad se encuentra amenazada por el creciente comercio ilegal. Aunque parezca increíble Laos es el único país de la región que no ha firmado el acuerdo de CITES que prohíbe dicho comercio. 




El turismo no siempre es bueno al fomentar atracciones como los paseos en elefante y aunque hay quien todavía hoy en día se refiere a Laos como el reino de los mil elefantes, la realidad es que pocos animales quedan ya. Las manadas que poblaban sus tierras, servían de medio de transporte y animales de guerra, y por ello a lo largo de los años se han visto reducidas. Aunque parezca una incongruencia en Luang Prabang pudimos ver como en dos agencias turísticas contiguas una ofertaba una ruta por la foresta a lomos de un elefante, mientras que al lado ofrecían una visita a un santuario-hospital con el fin de concienciar a la gente de que no son objetos para el disfrute sino animales muy inteligentes y dóciles que intentan subsistir en un mundo donde cada vez les queda menos terreno para ser libres. Laos ofrece muchos otros atractivos y su naturaleza en conjunto es una auténtica maravilla.


Entre los años 1960 y 1973, Laos fue el escenario de una “Guerra Secreta” de la que apenas se supo nada en los medios internacionales eclipsada por la mal llamada “Guerra de Vietnam” en la que se vieron también involucrados otros países como Camboya y Laos. Los Estados Unidos optaron por utilizar a la población de Laos contra Vietnam en la conocida “Operación Estrella Blanca”, en la que adiestraron al ejército real de Laos para luchar contra los comunistas vietnamitas y siempre en absoluto secreto. Los vietnamitas del norte (comunistas) trataban de transportar armamento hacia el sur por el este del país por la llamada ruta Ho Chi Minh. La intención  era conquistar el Vietnam capitalista del sur y de esta manera reunificar el país. Estados Unidos en su lucha ciega contra el comunismo llevó a cabo el bombardeo más grande de su historia matando a miles de civiles laosianos. La aviación estadounidense hizo estragos entre civiles y militares sin distinción. Más de doscientos millones de toneladas de bombas fueron lanzados sobre el país durante esta guerra que fue silenciada mediáticamente por la CIA ya que Laos era supuestamente neutral al conflicto.

La actividad económica principal a día de hoy, es precaria basándose en la agricultura pero con cultivos de subsistencia. Los campesinos laosianos temen producir y cultivar sus tierras debido a la cantidad de minas activas antipersona. Actualmente se calcula que quedan unos 80 millones de explosivos sin detonar esparcidos por todo el país. Esto significa que en los alrededores del 100% de los pueblos de algunas provincias hay artefactos que no han sido detonados. En 1995 y tras veinte años, Estados Unidos levantó el embargó estableciendo relaciones de comercio normales con Laos en noviembre de 2004. Hoy en día el país sigue recibiendo ayuda del exterior, especialmente de China, que tiene grandes planes de emplear a sus empresas en macro proyectos hidroeléctricos construyendo numerosas presas a lo largo del río Mekong. 


Durante nuestra estancia visitamos varios santuarios naturales perdidos entre las montañas algunos de ellos de una belleza extraordinaria como las cataratas y saltos de Kuang donde existe un centro de recogida y asistencia a los osos que son heridos o maltratados por los traficantes de animales salvajes. En la imagen un oso a quien le falta el brazo derecho víctima de cazadores furtivos sin escrúpulos, un ejemplo más de la brutalidad del ser humano.




Hablar de Laos es hablar de budismo aunque debemos tratar este tema con exactitud: el 85% de la población en Laos es budista de la corriente “Theravada” y alrededor del 15% se lo reparten entre los animistas y los que procesan el culto a los ancestros. El país tiene una población de 6,3 millones y el gobierno de Laos reconoce oficialmente cinco religiones: el budismo, el catolicismo, el protestantismo, el islam y el bahaísmo. Los católicos y protestantes constituyen aproximadamente el 2% de la población y con el 1% de la población se incluyen la Fe Bahai, el Islam, el budismo Mahayana y el confucianismo. Un número muy pequeño de ciudadanos no siguen ninguna religión.


El budismo “Theravada” es con mucho la religión organizada más prominente en el país con más de 4.000 templos que sirven de centro de la práctica religiosa y es la referencia de la vida comunitaria en las zonas rurales. En la mayoría de las aldeas de Laos, la tradición religiosa sigue siendo muy fuerte. La mayoría de los hombres que procesan el budismo pasan una parte de su vida en los templos, aunque sólo sea por pocos meses. Hay aproximadamente 20.000 monjes en el país, de los cuales más de 8.000 han alcanzado el rango de "monje mayor", lo que implica años de práctica en los templos. Por otro lado, más de 400 monjas, muchas de las cuales son viudas mayores, residen en los templos de todo el país. La Organización Budista de Laos (LBFO) está bajo la dirección de un patriarca supremo que reside en Vientiane.


La constitución de Laos reconoce formalmente el derecho a la libertad religiosa, pero al mismo tiempo se encuentra vigente un Decreto sobre las prácticas religiosas, aprobado en el año 2002, que contiene numerosos mecanismos que permiten al Gobierno el control e interferencia en las actividades religiosas. Dicho Decreto establece que muchas actividades religiosas sólo pueden llevarse a cabo con una aprobación gubernamental e incluye también prohibiciones vagas sobre actividades que fomenten la “división social” y el “caos”, facilitando una aplicación arbitraria de la ley. No se reconoce una religión estatal, sin embargo, el apoyo financiero del gobierno y la promoción del budismo, junto con su voluntad de eximir a los grupos budistas de una serie de restricciones, dieron a la religión un estatus elevado. 


Por nuestra parte siempre estamos dispuestos a tener contacto con todo tipo de personas independientemente de sus ideas/creencias con el fin de poder comprender en directo y sin interferencias occidentales las diferentes formas de pensar y los motivos reales que hacen que algunos seres humanos tengan que refugiarse tras los muros del misticismo más exótico, como es el budismo. El poder observar día a día el comportamiento de estos individuos y su colectivo, nos hace capaces de determinar su coherencia y por lo tanto el estado actual de una religión en base a sus principios más simbólicos. El budismo, aunque disfrazado de aspectos filosóficos, más bien es como el resto de las religiones: un sistema de vida lo más acomodado posible en relación al medio socio-económico circundante con la obtención de privilegios gubernamentales importantes a cambio de ejercer un control sobre las masas.



¿Cómo se entiende sino que los monjes budistas gocen de prioridad ante discapacitados físicos, ancianos, madres con niños o embarazadas a la hora de ocupar un asiento en los aeropuertos? ...y lo más grave aun es que ellos ejerzan ese derecho sin ruborizase siquiera. Los que propugnan el desapego de los bienes materiales están más que nunca enganchados en su práctica totalidad a bienes de consumo estándares en nuestros días. No les salen los colores cuando utilizan sus tablets o sofisticadas cámaras fotográficas, no sólo para dejar plasmada imágenes de artilugios modernos y de uso o utilización lujosa en sus países, sino para fotografiarse incluso en la posición de loto como hemos contemplado en algunos templos. Algunos accedían a sacase una fotografía si pagábamos 10 dólares, personajes azafranados de los cuales huimos rápidamente. Si los monjes budistas tienen todo el derecho a evolucionar con el tiempo y “modernizase” como en el resto de las religiones, habrá que preguntarse que ha fallado de sus profundas y filosóficas bases ideológicas ¿acaso el ser humano es incapaz de cumplir con lo tan bellamente expuesto por ellos mismos en multitud de idearios prosaicos? o preguntado de otra manera ¿sólo somos capaces de escribir bonitos libros con elevados horizontes, míticas leyendas y atractivas ensoñaciones sin visos de ejecución en la realidad?


Hemos hablado mucho con ellos y hasta jugado a las damas observando su ansia de ganar y frustración cuando no lo hacían. Muchos de los novicios provienen de aldeas muy alejadas y humildes y ven en los templos una posibilidad, al menos, de comer todos los días. También asistimos a actos pura y exclusivamente turísticos donde todos los días pasean sus pies desnudos (sólo en ésta ocasión) al amanecer para recoger las ofrendas que les dan algunos fieles y los cientos de turistas que se agolpan en las calles a esas horas para ver el espectáculo. 





Mientras que el ser humano sigue queriendo alcanzar cotas superiores de “conocimiento” sin renunciar a la acomodación y privilegios, el rio Mekong sigue transcurriendo por estos pasajes regando arrozales y posibilitando aun una rica bio-diversidad dentro una exuberante foresta tropical enraizada en las abruptas colinas con las cuenta este país. Una cena romántica al lado de tan emblemático río al atardecer, contiene todos los ingredientes “mágicos” que se pueden obtener de una realidad individual y privilegiada como la nuestra sin necesidad de atender a divinidades  o dioses cuyos artífices teóricos están en entredicho en todo el mundo. 



La necesidad alimenticia más severa condicionó algunos de los hábitos que pudieran generar en nuestra cultura sorpresa y rechazo. Ratas, perros, murciélagos, insectos... son algunos alimentos que se ven por los mercados con relativa frecuencia y que corrobora una vez más la capacidad que tiene el ser humano para adaptarse al medio y sobrevivir con cualquier tipo de proteína. De igual modo podrían pensar ellos si nos vieran consumir los erizos de mar, cualquier crustáceo, caracoles o simplemente queso de cabrales. 


Nosotros continuamos el viaje hacia Vietnam sobre cuyo país tratará el siguiente reportaje. 




2 comentarios:

  1. Hola Isabel y Guillermo. Me agrada ver que vuestros viajes por tierra mar y aire se alargan en el tiempo, es la mejor forma de volver mas sabio.
    Aprovecho para comunicaros que el enlace de velero La Maga que teneis está obsoleto. El blog de blogger ya no9 existe y la nueva dirección es a http://navegandoporgrecia.com
    Os lo comunico por si entráis alguna vez no penséis que he desaparecido sin decir nada.

    Buena proa os deseo en vuestro regreso al Mediterráneo y si pasais por Grecia igual podríamos hacer coincidir nuestras derrotas.

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    1. Hola, muchas gracias, procedemos en breve a cambiar el enlace. Recibe un cordial saludo. Isabel&Guillermo

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