viernes, agosto 16

Improvisación a bordo del velero Tin Tin

IMPORTANTE

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54.- IMPROVISACIÓN A BORDO
Como la mayoría de nuestros seguidores ya sabéis, seguimos en el estado de Johor al sur de Malasia y concretamente en Danga Bay Marina a bordo del Tin Tin. En las próximas semanas visitaremos la capital, Kuala Lumpur, y posteriormente tenemos previsto viajar (en avión) hasta Hanoi la capital de Vietnam y muy posiblemente visitar también Camboya. Nuestra temporada de navegación se reanudará el próximo mes de octubre/noviembre (ya que debemos de esperar el cambio de monzones) y para entonces zarparemos en dirección a Tailandia. De momento, os iremos reportando nuestras experiencias por Asia y sobre las labores de mantenimiento y puesta a punto del Tin Tin.
 

Pero en esta ocasión os vamos a contar una historia que hemos vivido hace escasas fechas y que estuvo rodeada de pequeñas cosas... de pequeños objetivos...

Un día, al anochecer, observamos un movimiento extraño en el agua próximo a nuestro atraque. Aunque hay siempre multitud de peces que pululan cerca de la superficie y alteran ésta con sus idas y venidas, en esta ocasión el ruido y el chapoteo alternativo que se producía en la lámina de agua que cierra la marina, era algo anormal y merecedor de nuestra investigación. Nos acercamos con sigilo hasta un pantalán cercano y, después de observar con detenimiento el fenómeno, llegamos a la conclusión de que un tipo de depredador estaba atacando sin remisión a los pequeños peces: ¡los calamares!

Rápidamente recorrimos mentalmente nuestro equipo de pesca llegando a la conclusión de que no disponíamos de “poteras” (señuelos artificiales específicos para la pesca de los cefalópodos) y que la última la habíamos perdido hace algo más de un año en la isla de Bali (Indonesia) después de haber sido atacada por una barracuda que llegó a romper el nailon.

 
Afortunadamente en Malasia existen en los mercados todo tipo de alimentos, como habéis podido comprobar en el anterior reportaje, pero la posibilidad de adquirir por uno mismo el sustento mezclando en una sola actividad ingenio, aventura y degustación, es un reto demasiado fascinador para nosotros. Por otra parte también pesa mucho la cultura gastronómica de nuestra tierra ¡unos calamares cocinados en su tinta! ¡o fritos! ¡o en paella! ¡o como sea! ¡acompañado con un vino blanco chileno que teníamos a bordo! A poca imaginación que pusiéramos, nuestras glándulas salivares empezaban a suministrar abundantes fluidos mientras nos sentíamos impotentes y algo frustrados. No pasó mucho tiempo cuando observamos que un par de barcos de nuestra familia de transmundistas (que también habían observado la movida) soltaron amarras y se situaron en el exterior de la marina... y para rematar ¡podíamos intuir cierto nerviosismo a bordo!

Pero, conocedores de que la vida nos sonríe siempre y ésta pone a nuestra disposición casi de todo lo necesario para poder salir hacia adelante ante cualquier iniciativa, la imaginación culinaria se relajó, los flujos detuvieron su aporte y la mente empezó a trabajar en una serie de ideas cuyo resultado intelectual auguraba la culminación exitosa de nuestras expectativas. Decidimos fabricar un señuelo, una “potera”, y para ello íbamos a trabajar despacio pero confiados, lo cual aplazaría al menos veinticuatro horas la puesta en escena.

Una vez estructurado el primer diseño, empezamos por hacer acopio del material necesario para materializarlo entre el existente a bordo. La pieza básica iba a ser un tapón/aplicador plástico correspondiente a un tubo con masilla sellante (en la imagen se observa en el centro de color blanco). El resto de los materiales serían: una pinza, unos anzuelos, estaño, unas limas de precisión y diferentes pinturas y rotuladores.

 
Con el auxilio de una segueta y el torno instalado en el taller de a bordo, cortamos con mucho cuidado el tapón/aplicador. Éste se convertiría en el cuerpo principal de nuestra “potera”, pero había que hacer las cosas bien, ya que los calamares son muy voraces pero no tienen nada de tontos.
 

Cuidadosamente, y después de sopesar las posibilidades que ofrecía el material, fuimos realizando unos cortes precisos. De lo que se trataba, no solo era conseguir fabricar un señuelo artificial eficaz, sino que también jugaba un factor importante: el realizar un trabajo bien hecho que nos llenase de orgullo y satisfacción, o sea, disfrutar de las pequeñas cosas que nos posibilita la autosuficiencia. Por otro lado, sabemos que la mayoría de los éxitos que conseguimos en la vida es a base de depositar confianza en los proyectos, por ello los primeros en “picar” en el señuelo deberíamos ser nosotros.


Había que trabajar con precisión y para ello era necesario preparar convenientemente los materiales. Un trozo de lija se prestó para desbastar el plástico y dejarlo en las medidas y con la forma que habíamos diseñado.
 

Después, toco cortar el extremo del tapón/aplicador, corte éste que normalmente se realiza para proceder a aplicar el material sellante, pero en esta ocasión serviría para un cometido muy, muy diferente.

 
Con el auxilio de unas pequeñas pinzas, la parte trasera sería trabajada adecuadamente adaptándola a la nueva forma que pretendíamos darle. Un poco de calor y el doblez quedaría inmovilizado en su sitio.
 

Una vez determinadas las dos partes fundamentales que compondrían el cuerpo principal del señuelo, comenzamos a trabajar con la sección delantera la cual se fue convirtiendo poco a poco en la cabeza de un atractivo y suculento cebo para calamares... o al menos eso pretendíamos.

A medida que íbamos dándole forma al proyecto, nuevos materiales encontrados en las cajas de herramientas de a bordo, fueron entrando en escena. En la fotografía se ve el momento en el cual pegábamos una de las dos pequeñas arandelas de acero inoxidable a la futura cabeza del pez con el fin de ubicar y definir el ojo del mismo.
 

Varios rotuladores indelebles fueron de una gran ayuda, e inmersos en el trabajo, nuestra imaginación se disparaba tratando de proveer al señuelo del máximo realismo posible.

 
A continuación fue necesario ubicar el lugar donde iría instalada, fuerte y resistentemente, una pequeña anilla que sería el punto de amarre del señuelo a través de un nailon transparente que nos auxiliaría en la práctica de la pesca.

 
Al mismo tiempo comenzamos por decorar, con los materiales disponibles en el barco, esta pequeña cabeza que pretendíamos tomase la apariencia más real posible. Unos ojos grandes y saltones con un aspecto facial de presa fácil y sabrosa (quizás nos inspiramos imaginando un plato de infelices bocartes...).

Una vez dados los colores básicos y pegada definitivamente la anilla de sujeción, fuimos decorando con paciencia y meticulosidad la pieza creando sombras que pretendían darle al futuro señuelo una apariencia interesante... al menos desde la perspectiva humana.


Una vez trabajada la cabeza, le toco el turno a lo que sería el cuerpo principal. Le aplicamos un desbastado sutil y general, que al mismo tiempo que daba la forma correcta, eliminaría el “apresto” del plástico y sería más receptivo a las pinturas de colores.


De nuevo y con detenimiento, decoramos el cuerpo principal del señuelo dándole la apariencia de una pequeña caballa, peces cuya estética es similar a los que hemos visto abundantemente por aquí y que suponíamos formaban parte de la dieta habitual de los calamares que se acercaban a la marina.
 
Una vez seca la pintura y después de haberle aplicado una capa de laca (la cual contribuía a incrementar la resistencia y el brillo del decorado) llegó el momento de regular el correspondiente trimado (palabra náutica que, entre otras acepciones, se refiere a la acción de regular la flotabilidad longitudinal). Para conseguir un centro de gravedad (equilibrio) adecuado a nuestro gusto (el señuelo debería de presentarse libre en el agua de forma horizontal y tener una ligera flotabilidad negativa, o sea, tendencia a hundirse) aplicamos en su interior unos pequeños perdigones de plomo de los usados habitualmente para lastrar los aparejos de pesca.
 

Después de realizar varias pruebas, llegó un momento delicado e importante en el cual ensamblaríamos el conjunto aplicándole un pegamento rápido y fuerte.


El siguiente paso sería preparar los anzuelos que atraparían irremisiblemente los calamares de nuestras expectativas. Conocedores de que las “poteras” siempre se presentan en los comercios o tiendas especializadas con un haz de pequeñas alfileres dobladas y por lo tanto sin muerte (muerte: arponcillo que hace que un anzuelo penetre pero ofrezca seria resistencia a salir) eliminamos los mismos con el auxilio de la “Dremel”.

 
Una vez que los seis anzuelos presentaban simplemente la apariencia de pequeños ganchos de acero, los agrupamos convenientemente para dirigir sus campos de acción en todas las direcciones. En las fotografías se puede observar el proceso.


 
A continuación procedimos a estañar el conjunto para solidarizarlos y que llegasen a trabajar como un equipo.

 
Una vez realizado ésto, llegaba un momento delicado ya que había que introducir el conjunto soldado de los vástagos de los anzuelos en el cuerpo del señuelo y pegarlo convenientemente. Con el fin de darle al conjunto la suficiente robustez, el conjunto de anzuelos estaba solidario a un largo alambre de acero que llegaba hasta la cabeza del pez y que sujetamos contundentemente.



Al atardecer del día siguiente, provistos de nuestra esplendorosa “potera”, soltamos amarras y nos desplazamos escasos metros hasta situarnos frente a la salida de la marina. Fondeamos rápidamente y muy expectantes ante los movimientos de la superficie de la mar, la cual delataba furibundos ataques de los cefalópodos, comenzamos el paciente ejercicio de la pre-pesca.


 

 
Después de un buen rato sin tener ninguna “noticia” de los calamares, disfrutando de un anochecer precioso y con las ilusiones y expectativas inalteradas, picó el primero por sorpresa, y tras sus característicos movimientos de evasión, lo capturamos. A éste le seguirían unos cuantos más lo cual demostraba que habíamos realizado un exitoso trabajo que nos llenaba de alegría y satisfacción. Cuando tuvimos suficientes para preparar una comida suculenta, detuvimos de inmediato la actividad depredatoria respetando así el medio y dedicándonos a observar un cielo parcialmente nuboso por el que aparecían frecuentemente constelaciones de estrellas de ambos hemisferios.

 

En la mayoría de los reportajes expuestos en este blog, tratamos casi siempre de grandes proyectos, estimulantes singladuras, importantes acontecimientos, muchas millas... y todo ello aderezado con atractivas y espléndidas imágenes. En esta ocasión os brindamos la oportunidad de que valoréis junto a nosotros las satisfacciones de las pequeñas cosas, de los pequeños proyectos, de las pequeñas pretensiones. Pensamos que a base de estas diminutas vivencias debería pasar la mayoría de la vida. Los grandes proyectos raramente se cumplen con entera satisfacción, pero saber disfrutar día a día, momento a momento de las oportunidades que nos brinda la vida para sentirnos satisfechos, útiles, imaginativos, resolutivos... es, a nuestro juicio, la piedra filosofal en la que debería asentarse nuestra existencia.


No obstante comprendemos (porque lo hemos vivido extensa e intensamente) que no es fácil salirse de la inercia socio/cultural occidental donde todo se compra con dinero ofreciendo una triste expectativa de vida... sobre todo de vivencias. Los instintos y capacidades innatas del ser humano para sobrevivir se anulan o se amortiguan lo suficiente como para convertirnos en autómatas y ello produce en la mayoría de nuestros conciudadanos la infelicidad, la frustración y sobre todo el miedo a la insignificancia ya que no se puede ser protagonista de nada “importante”...

Conocimos a un navegante que aseguraba que era capaz de ver como respiraban las plantas ¿será posible? Disfrutar de las pequeñas cosas, da sentido a nuestra vida, la cual también se alarga significativamente ya que los segundos se viven con intensidad mientras nuestra mente recobra la imaginación perdida.

Esperamos que este reportaje (que se integrará en el apartado AULA OCEÁNICA) haya sido de vuestro interés y estaríamos encantados si a continuación dejáis vuestras consideraciones y comentarios. En breve visitaremos por tierra la capital de Malasia, Kuala Lumpur donde pasaremos unos días de turismo por la ciudad. De ello os informaremos puntual y convenientemente en este medio. Un fuerte abrazo para todos. Isabel&Guillermo

 

20 comentarios:

  1. Realmente sois unos artistas !
    Un abrazo

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    1. Hola Germán ¡hombre! ¡tanto como artistas!... jejeje.. Lo que si intentamos es detenernos en las pequeñas cosas y disfrutarlas... Este reportaje va un poco más allá de la simple "potera", y es que creemos muy interesante haceros partícipes de nuestras experiencias y evolución... Muchas gracias por tu comentario. Un cordial saludo. Isabel&Guillermo

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    1. Hola Antonio. Paciencia, tiempo, dos conceptos que van ligados y de los cuales cada vez somos menos conscientes. Quizás muchos consideren una pérdida de tiempo o un exceso de paciencia realizar minuciosamente una "potera" pero te aseguramos que merece la pena "gastar" tiempo en las pequeñas cosas... Recibe un cordial saludo. Isabel&Guillermo

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    2. Sí, tienes razón, para mí tampoco es una pérdida de tiempo esas "pequeñas y simples" cosas o momentos, al contrario, son la esencia de la vida.
      Tan difíciles de llevar a cabo en esta sociedad en la que vivimos, aunque vosotros tenéis la oportunidad y la suerte de haber podido desconectar de la misma. En ese aspecto os envidio.

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  3. La fame que mala ye. Aunque pones mucha filosofía en el relato (está muy bien) pero tienes un instinto depredador muy desarrollado.
    Qué os habría hecho el pobre tiburoncete, ahora la fame ye pa él.
    Enhorabuena y a ver si lo patentamos, porque aquí en Gijón no sale ningún (o muy pocos) calamares y vosotros hasta jibias.

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    1. Jejeje... el que ye malu yes tu nin. Ponémonos a filosofar y ves en unos calamarinos un gestu depredativo. ¡Entrennos ganes de plasmar aquí el enlace del tu blog pa que la yente guelle lo que ye dedredación enfundaos y con eses pintes de romanu!Bueno, pues pa quien lo quiera guellar: http://constancio.vinasub.com/ y desa manera nos pareceremos unos mansos corderinos. Un fuerte abrazu. Isabel&Guillermo (nuestras más sinceras disculpas a la llengua asturiana)

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  4. Fantástico ejercicio de imaginación y ejecución. Coincido con el fondo y me interesa mucho la forma: no ceder al abandono, no renunciar al proyecto y disfrutar del resultado. Buen provecho amigos.

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    1. Hola Quimura, muchas gracias por tu comentario, corto y conciso. Estamos seguros de que has "pillado" el real y más importante transfondo del reportaje...¡no sabíamos como decirlo de otra manera!...jejeje... Recibe un cordial saludo. Isabel&Guillermo

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  5. Perfecto trabajo de improvisación y artesanía. (ARTE SANO) y es un arte sano, porque te permite concentrarte por un momento en algo concreto que quieres crear. Esta vez ha sido una potera, y eso da confianza para crear cosas, y no depender tanto de ese invento llamado dinero con sus efectos de corrupción y crisis.
    Se que estais ensayando para cuando tengais que construir la casa de piedra. jeje. Un fuerte abrazo y a continuar avanzando.

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    1. Hola Fombona, muchas gracias por contar con tu amistad y con estos pequeños textos de lujo que nos dedicas que no hacen más que profundizar en el tema que tratamos. Recibe un cordial saludo. Isabel&Guillermo

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  6. Casona de Cefontes No esperes ni un minuto mas en patentar el invento.
    Genial, Saludos desde Gijón

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    1. Holaaa...jejeje...¡como se nota tu acentuado instinto empresarial!...jejeje... ¡Cefontes! ¡no necesitamos más dinero!¡queremos TIEMPO!... lo más importante. Recibe un cordial saludo. Isabel&Guillermo

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  7. Confieso que cuando leí el anuncio de este reportaje tuve que frotarme los ojos para cecinarme que leía correctamente “improvisación Tin Tin” imposible que se mezclen esas palabras ....
    En fin el resultado es genial enhorabuena chavale.

    UN abrazo desde la verde Asturias

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    1. Hola...jejeje... pues para que veas, no todo está protocolado a bordo del Tin Tin... la improvisación es necesaria y muy importante en todos aquellos aspectos de la vida. Pero cuando hablamos de seguridad, por ejemplo, la improvisación no debería tener cabida. Muchas gracias por la "chispa" de tu comentario...jejeje... Recibe un cordial saludo. Isabel&Guillermo

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  8. Felicidades por vuestra capacidad para saber disfrutar de la vida.
    Me quedo para reflexionar el resto del día con el penúltimo y antepenúltimo párrafo, que podrían estar extraidos de obras del mismo Eduard Punset.
    Por cierto, ayer acabé de leer el libro de Isabel y ha cubierto ampliamente mis expectativas. Enhorabuena Isabel. Ahora toca esperar al próximo volumen.

    Un abrazo desde Barcelona.
    Javier.

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    1. Hola Javier, muchas gracias. Nuestro sistema de vida, aislados en cierto modo y al mismo tiempo rodeados de Mundo, nos obliga a reflexionar cada día sobre lo que acontece a nuestro alrededor y en el resto del planeta. Y la necesidad de saber donde está o donde ubicar la esencia de nuestra existencia, va tomando forma y contenido. Hay muchas verdades y realidades, la nuestra es sencilla y las pequeñas cosas cubren con creces las expectativas. En otro orden de cosas, Isabel te agradece el comentario y te envía junto a Guillermo un cordial saludo.

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  9. !La imaginación al poder¡ Nunca dejarás de sorprenderme, maestro.
    Recibid un fuerte abrazo desde Oviedo.

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    1. Hola Paco, te echábamos de menos por estos lares. Muchas gracias por dejarte sorprender... Recibe un cordial saludo. Isabel&Guillermo

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  10. POR FAVOR, TODOS LOS COMENTARIOS EN ESTA SECCIÓN DEBEN DE SER CONSTRUCTIVOS SIN LLEGAR A PONER EN TELA DE JUICIO LA HONESTIDAD O LA CREDIBILIDAD DE LOS ADMINISTRADORES DE ESTE BLOG. MUCHAS GRACIAS.

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